El "infame" muro anti latinos

04/06/2006
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Más de mil millones de personas viven actualmente con menos de un dólar al día y no tienen acceso regular al agua potable; por otro lado el sufrimiento de millones de personas desplazadas por las guerras o de los inmigrados de todo el Planeta, nos hacen reflexionar sobre una vergüenza mundial: "Los muros infames". Los hombres y mujeres contemporáneos no podemos permitir que se construyan nuevos muros, que a la postre no resuelven las penurias de esos millones de seres humanos. El 9 de noviembre de 1989, hace ahora diecisiete años, era derribado el Muro de Berlín. Muchos creíamos que era el final de los muros de piedra y concreto, de alambres y electricidad. Pensamos que ese día de júbilo de la humanidad y aquellos escombros, nos harían olvidar el miedo a la destrucción del mundo mediante el uso de armas nucleares en manos de la locura humana y "los amos de la guerra". Hay precedentes de muros en la historia de la humanidad pero todos demuestran el despotismo y el egoísmo total con que fueron construidos, porque embelezados en su riqueza no les ha permitido ver a distancia y ser solidarios con los más pobres, no quieren compartir sus ingentes riquezas con inmigrantes empobrecidos, olvidando el origen histórico de los ahora "neopotentados" que fueron jornadas furtivas de emigrantes que huían de la guerra y el hambre, y que el origen de sus doradas fortunas es, con frecuencia producto de la explotación a los demás. La muralla china; la de Babilonia; las ciudades amuralladas de la Edad Media y, en estos tiempos, el muro de Berlín o el más reciente, el muro de Israel en Palestina, son la expresión del error histórico que hubo en esas construcciones crueles, represivas y retrógradas. Hacerlas en nuestros días es repudio al derecho, la justicia, al humanismo y tendencia al absolutismo. Y aunque cayeron las murallas más antiguas y otros muros persisten en ruinas, todos sirven como memoria de una época lúgubre. Creíamos que era una época superada; estábamos equivocados. La intolerancia, el egoísmo, el odio profundo siguen latentes en nuestro Planeta. Hoy vivimos momentos difíciles. Grandes hambrunas, guerras sin razón ni solución. En medio de esta irracionalidad, vemos cómo se autoriza la construcción de un kilométrico muro "vergonzoso" en la frontera mejicano-estadounidense, pues no solo se trata de apartar a México sino también al resto de América Latina, impedir el ingreso de emigrantes 'latinos'. Un nuevo muro sombrío, una construcción racista, indiferente y egoísta. Washington aprobó la construcción de una cerca de doble vallado en por lo menos un tercio de los 3.200 kilómetros de la frontera con México, por los Estados de California, Texas, Nuevo México y Arizona, para contener la ola migratoria del Sur que desea compartir algo de la riqueza del Norte, levantada en buena parte con los recursos y agobio de los discriminados (indios, negros y mestizos) habitantes de América Latina. Esta "situación vergonzante" de construcción de ese muro humillante no contribuirá al mejor manejo del fenómeno migratorio. Separar pueblos y gentes no garantiza la tranquilidad y prosperidad de un lado frente a la necesidad y pobreza del otro. La iniciativa se concentra exclusivamente en acciones de seguridad fronteriza y reforzamiento de la procuración de justicia en el ámbito migratorio. Una reforma que contemple como tema prioritario reforzar la seguridad no favorecerá un debate y soluciones estructurales del fenómeno migratorio. Por otro lado, los muros no van a detener a los emigrantes "sin papeles", mientras en México al igual que otros países de América Latina, existan hambre, pobreza, miseria y desempleo. Desde aquí, desde América del Sur, un gran espacio abierto al mundo y donde se demanda por la PAZ como uno de los principales valores de la humanidad, hacemos un llamado a todas las sociedades a mirar más allá de nuestros horizontes. Pedimos que se acabe ese mundo de vallas, muros y alambradas que nos llevan a la muerte, y que se levanten las palabras, el diálogo y los derechos de la humanidad. ¡Hay que, respetar al ser humano! y brindar oportunidades para todos. Algún día el pueblo de los Estados Unidos, de la mano con los "latinos" ya reconocidos como ciudadanos y la creciente mayoría cristiana, escribirá nuevas páginas en la historia de ese país donde la dignidad, la equidad, el respeto, la generosidad y la justicia de los seres humanos se impondrán sobre egoísmos, discriminaciones, racismos y las distintas formas de xenofobia y segregación que se ingenia ante cualquier problema la limitación ideológica o política. Ese día caerá el "muro anti latinos"… - Eduardo Zambrano Cabanilla es investigador social
https://www.alainet.org/es/articulo/115436
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