La agresión israelí al Líbano

El anzuelo de EE.UU. para la Gran Guerra de Medio Oriente

07/08/2006
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El conflicto continúa sin solución. Todo parece estar diseñado para una guerra generalizada en la región. ¿Quién está detrás de todo esto? A 27 días del comienzo de la ofensiva israelí en el Líbano el mundo observa como el Estado hebreo continúa masacrando civiles bajo la excusa de una guerra no declarada contra la milicia chiíta Hesbollah (Partido de Dios). En los últimos días, los enfrentamientos se tornaron más encarnizados. Un importante número de muertos son civiles y en su gran mayoría libaneses. El ministro de Sanidad libanés Mohamad Jalifeh, manifestó ayer que la ofensiva de Israel mató 925 personas y dejó 75 desaparecidos, presumiblemente muertos. Mientras tanto, la lánguida Organización de Naciones Unidas (ONU) aún no llega a un acuerdo concreto sobre el conflicto y, postrada en el tiempo, sólo parece dar vía libre a las matanzas que realiza el ejército hebreo. Al menos esto se desprende de las negociaciones entre Francia y Estados Unidos para llegar a un acuerdo. El fin de semana se presentó una propuesta que hace eco solo a las exigencias de Tel Aviv y Washington. El proyecto busca implantar una fuerza internacional en una franja al sur del Líbano. Muchos son los analistas que plantean que se esta dando paso a un mundo multipolar, pero los hechos actuales demuestran todo lo contrario. En este caso, la ONU sólo ha servido para ser el órgano legal con el cual Estados Unidos y sus aliados (en este caso Israel) imponen sus políticas de agresión y conquista, sin que nadie (a nivel diplomático) pueda oponerse. Es por eso que Israel dio visto bueno a este proyecto que lo autoriza a reaccionar ante ataques de Hezbollah y dejar sus tropas en el sur del territorio libanés. Desde el otro lado, ya cansado de tanta impotencia y quietud, el gobierno del Líbano lo rechazó, sobre todo porque en él no se exige un cese de hostilidades "inmediato" ni la retirada de las tropas israelíes. Pero también otras potencias alzaron sus voces contra el proyecto de resolución de la ONU. Irán lo calificó de "operación política contra el Líbano", y lo rechazó terminantemente. Todo esto, lo único que hace, más allá de destruir un país, es invocar los espectros de una guerra generalizada en Medio Oriente. Por un lado, Tel Aviv se prepara para una guerra a gran escala si los esfuerzos diplomáticos de la Comunidad Internacional no prosperan y la resolución de la ONU -que está por adoptar el Consejo de Seguridad- no garantiza la seguridad del Estado israelí. ”He dado la orden inequívoca para que, si fracasa el proceso diplomático, el Ejército actúe en todo el territorio libanés", dijo el titular de Defensa israelí, Amir Peretz, en una suerte de amenaza. En un análisis más profundo, el actual escenario en el Líbano apunta a objetivos más grandes. Desde hace varios meses Irán y Siria están en la mira de Washington y Tel Aviv. Muchos fueron los esfuerzos diplomáticos efectuados por la diplomacia estadounidense en la ONU para condenar a estos dos países. Pero las negativas de Rusia y China, impidieron cualquier acción hasta el momento. Sin embargo, es de conocimiento público la existencia de planes militares para eventuales ataques contra Siria y principalmente contra Irán, que bien podrían ser ejecutados por Estados Unidos y/o Israel. Entonces, antes de la invasión israelí al Líbano, ¿alguien pensaba realmente que el conflicto entre judíos y palestinos podría desatar una guerra general en la región? Se puede decir, que las acciones militares contra el Líbano son la primera fase de un ataque a Siria e Irán. Al no conseguir condenar a estos países en el seno del Consejo y sus cinco miembros permanentes con derecho a veto. Estados Unidos en alianza con Israel contaría con una nueva excusa para emprender una guerra contra Teherán y Damasco. La estrategia es más directa y apuntaría a una guerra entre Estados y no a un ataque amparado por la ONU. Rusia y China poseen muchos intereses en esos países y ya anticiparon que cualquier resolución del órgano que destaque el uso de la fuerza militar sería rechazada. Entonces las fichas cierran, sutilmente los “neocons” estadounidenses y los “sioncons” israelíes abrieron otro frente que sirve de vía para atacar a estos países. Esto queda demostrado en los siguientes hechos. Siria anunció que si Israel invade Líbano ellos entrarán en el conflicto de Medio Oriente. En ese sentido, el ingreso de Siria en el escenario libanés, con un ejército bien equipado y con gran poder de fuego, abriría un tercer frente contra Israel. Esto podría precipitar la intervención militar estadounidense, lo que conllevaría el principio de una guerra generalizada en la región. El ultimo en entrar en el conflicto sería Irán, ya que a mediados de julio su presidente, Mahmud Ahmadineyad envió una carta a su homologo sirio, Bachar el Asad, garantizado a Siria su "apoyo total ante cualquier amenaza o agresión". Además, Siria e Irán tienen firmado un acuerdo de defensa mutua en caso de agresión exterior. Ante este panorama, expertos del lado árabe ven muy difícil la salida sin una generalización del conflicto propiamente militar con Israel, una potencia, que aunque cuenta con un poder de fuego abrumador, no puede resistir por mucho tiempo varios frentes simultáneos de ocupación y operaciones militares en Líbano y en Gaza. Entonces la intervención estadounidense sería propicia para abrir más frentes. Intereses hay muchos, el petróleo y el gas iraní, el agua de Cisjordania, la anexión de Gaza. Sumado a esto, Teherán y Damasco, son –para Estados Unidos e Israel- los únicos obstáculos para implementar su influencia unilateral en al región. Todo esto enmarcado dentro del Proyecto del Nuevo Siglo Estadounidense (PNAC, por sus siglas en inglés), el cual, entre otras cosas, busca establecer el “Gran Medio Oriente” bajo tutela estadounidense e israelí. En este posible tablero también habría que ver como serán las reacciones de Rusia y China, y no es descabellado que sus intereses se vean afectados y esa Gran Guerra en Medio Oriente, desate una de mayor magnitud. Mientras tanto, la puesta en escena por Estados Unidos e Israel, tiene tres escenarios concretos. En Gaza y el Líbano las matanzas continúan. En la ONU se pretende una resolución, que a esta altura no se espera mucho de ella, más que ser de agrado de estadounidenses e israelíes. George W. Bush sigue presionando diplomáticamente a Siria y Teherán, acusándolos hipócritamente de ser los responsables de fomentar el “caos” en Medio Oriente. En tanto, las otras potencias observan inertes. Algunas se someten a las exigencias del país norteamericano y otras sencillamente callan, pero nadie se atreve a decir basta a estas acciones unilaterales y prepotentes. Y algunos dicen que vivimos en un mundo multipolar. Todo este escenario fue maquiavélicamente trazado por los estrategas de Washington y Tel Aviv, embarcados en busca de recursos naturales estratégicos. La cruzada empezó con Afganistán, siguió con Iraq ¿Y ahora? A esta altura los hechos, las victimas y las armas hablan por si solos. Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina http://www.prensamercosur.com.ar
https://www.alainet.org/es/articulo/116492
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