El plan de siembra nacional requiere acceso directo a los fertilizantes

La soberanía alimentaria de la Patria no puede depender de oligopolios

17/10/2010
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“Los monopolios imponen precios de venta a sus productos y precios de compra a las materias primas que adquieren.”
Vitali Alekseevich Zhamin
 
Lógico paso inmediato, a la nacionalización de Agroisleña, tenía que ser el aseguramiento de la fuente industrial de los fertilizantes requeridos para el necesario incremento de productividad que requiere la Patria, joven, pujante y con una población creciente a la cual tiene que asegurarle su alimentación y su nutrición.
 
Fertilizantes Nitrogenados de Venezuela (Fertinitro), empresa mixta productora de úrea y amoníaco para la posterior elaboración de fertilizantes, no podía permanecer como una empresa donde la mayoría de sus propietarios fueran simples “sucursales” de trasnacionales neoliberales.
 
Cada hectárea cultivada y cultivable en nuestra República Bolivariana de Venezuela tendrá la obligación, de ahora en adelante, de producir más alimentos y de mayor calidad. Para posibilitar tal incremento, la tecnología actual ofrece los llamados “fertilizantes nitrogenados”, producto principal de Fertinitro. Pero esa empresa, concebida para satisfacer nuestras necesidades nacionales, dedicó mayores volúmenes al comercio exterior, con grandes ganancias, obtenidas principalmente porque sus costos estaban subsidiados. Como ejemplo basta recordar que por su materia prima más importante: el gas natural, pagaban a la nación menos del 10% de lo que les hubiera costado en casi cualquier otro lugar del planeta.
 
Prioridad nacional
 
Fertinitro se constituyó hace yá 12 años, como empresa mixta, ubicándose desde entonces en las instalaciones del Complejo Petrolero, Petroquímico e Industrial José Antonio Anzoátegui, conocido también como Jose.
 
Su objetivo es la producción y venta de fertilizantes mediante la operación y mantenimiento de dos plantas de amoníaco y dos plantas de úrea, cuya capacidad de producción diaria total supera las ocho mil toneladas diarias.
 
Dos consorcios internacionales, la norteamericana Koch Industries Incorporated y la italiana Snamprogetti, tenían entre ambos más del 50% de las acciones y el control de las decisiones gerenciales.
 
Era de conocimiento público que, aunque Fertinitro producía fertilizantes con gas e insumos venezolanos, su Directiva fijó un tope máximo del 10% de su producción para el mercado interno nacional, permitiéndose así exportar el 90% a precios muy superiores. Fertilizar la siembra nacional no era ninguna de sus metas, a pesar de tener, garantizados y a precios ínfimos, la materia prima, los recursos humanos y las instalaciones.
 
Fertinitro cuenta con una masa laboral cercana a los 400 trabajadores. Seguirán en sus puestos de trabajo, sin la anterior tercerización y con todos los beneficios que corresponden a los trabajadores regulares, sin depender de empresas “criollas” y los acostumbrados vaivenes y temporalización de filiales de trasnacionales. Cualquier similitud con “recursos humanos” de cadenas de comida rápida, no es ninguna coincidencia.
 
Menores costos
 
Anunciada su nacionalización por el Comandante Presidente Hugo Chávez, casi de inmediato se produjeron sustanciales rebajas a los fertilizantes de mayor uso. La úrea granulada perlada bajó de 46 a 19 bolívares el kilo, el Nitroazur verde de 110 a 36, el NPK (conocido por su código como 10-20-20) de 90 a 31,50 BsF y el sulfato de amonio de 75 a 19. Una muy sensible disminución, en promedio, del 66%. Los campesinos, productores agrícolas venezolanos, gastarán ahora sólo una tercera parte en esos insumos necesarios para la requerida nueva productividad de sus sembradíos.
 
Si unimos esto a la nacionalización de Agroisleña, los precios subsidiados y fijados en los alimentos de la cesta básica, la difusión de los Abastos Bicentenario, las tiendas de Mercal y Pdval, podemos afirmar que vamos en buen camino hacia nuestra soberanía alimentaria.
 
Insumos garantizados
 
El campesinado venezolano, los verdaderos productores, las comunidades que labran y cosechan los miles de hectáreas dedicadas a la siembra, tienen ahora mayor facilidad para adquirir los fertilizantes requeridos para sus siembras.
 
No es sólamente menores precios. Es además facilidad de compra, mejor distribución, mayor conciencia de la necesidad por parte del productor del fertilizante, dedicación del personal de Fertinitro porque ahora sabe adonde vá el fruto de su trabajo y la firme decisión del Ejecutivo Nacional.
 
El próximo paso es planificar para el futuro inmediato. Son miles de hectáreas cultivables aún no cultivadas. Hay millares de campesinos que emigraron a las ciudades, empujados por las necesidades cotidianas, buscando otro tipo de trabajo, inferior a lo que la tierra le podía ofrecer, pero que ese hombre ligado a la tierra, hoy inmigrante citadino, no tenía los recursos que la faena agrícola demanda.
 
Es necesario rescatarlo y devolverlo a sus tareas, donde él y su familia podrán regresar a sus cultivos y a su labranza, con la seguridad de un retorno beneficioso y productivo para él, la patria, sus allegados y la misma agricultura que lo llama y lo necesita.
 
Compromiso latinoamericano
 
El precio de la úrea en la región latinoamericana suele superar al triple del precio de venta en nuestra Patria, donde es subsidiado por el Estado para abaratar los costos de los agricultores y los precios de venta de los alimentos. En ningún caso tales ayudas se establecieron para incrementar los exagerados porcentajes de ganancias de Fertinitro.
 
En países vecinos hay ciudades donde el precio supera los 700 dólares por tonelada métrica, cuando en Venezuela, a 18,85 Bs.F. el saco de 50 kilogramos, no llega a los 200 dólares la tonelada. ¡Allá lo vendían al triple! Y que conste, a estos efectos, el dólar sí cuesta 2,15 Bs.F.
 
Rafael Ramírez, Ministro del Poder Popular para la Energía y Petróleo y Presidente de PDVSA, anunció un paso trascendental. Informó que, una vez garantizada la demanda interna de fertilizantes, unirán esfuerzos para la disposición de los volúmenes de producción necesarios para satisfacer las necesidades de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) e iniciar su comercialización con esas naciones hermanas, bajo las mismas condiciones de fraternidad que rigen nuestras relaciones.
 
Plan integral
 
El Ministro enfatizó igualmente que “lo más importante es que se está garantizando el plan de siembra nacional, la soberanía alimentaria del país, lo que vá a permitir que el gas que producen con tanto esfuerzo nuestros obreros en PDVSA Gas, en Anaco, se convertirá en fertilizantes para nuestro pueblo, para que haya alimento seguro”.
 
Explicó además que “actualmente tenemos un consumo de 600.000 toneladas de úrea, pero el Gobierno Nacional tiene diseñado un plan extraordinario de siembra que abarcará cerca de 5 millones de hectáreas, por lo que el requerimiento del compuesto se incrementara en más de un millón 300 mil toneladas”.
 
El Comandante Presidente Hugo Chávez destacó que esta nacionalización obedece al plan de desarrollo de las políticas agrarias nacionales y necesaria en el plan integral que nos conducirá a nuestra soberanía alimentaria.
 
Sentenció: “Sólo es posible despertar el potencial cuando las fuerzas productivas son liberadas del control férreo, tiránico y dictatorial al que lo sometió la burguesía”. “Es necesario continuar construyendo la patria socialista y la soberanía del país”.
https://www.alainet.org/es/articulo/144859
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