La sordera frenteamplista

Protesta en blanco

17/05/2010
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  • Opinión
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Han pasado las elecciones municipales en Uruguay.
 
El Frente Amplio revalidó 20 años de gobierno en Montevideo con cicatrices notorias en su desenvolvimiento que no hubo manera de esconder.
 
La pérdida de cuatro gobiernos departamentales, Paysandú, Salto, Treinta y Tres y Florida (donde se confirmó la victoria de Carlos Enciso del Partido Nacional ) más el descenso de un 15 % en los votos logrados en Montevideo en relación a la elección anterior, a lo cual se suma el inédito hecho de un 13.8 % de votos anulados o en blanco, manifiestan una crisis profunda que va socavando la relación entre la militancia frenteamplista (muy disminuida ) y una dirigencia. que comienza a tener acentuados rasgos burocráticos después de cuatro lustros de gozar las mieles del sistema.
 
Desde Buenos Aires el viaje en el barco ya iba demostrando algo que se notaba en rostros y se escuchaba en conversaciones. Ausencia de banderas, resignación y cierto escepticismo se unieron a la destemplanza de un intento de lanzar un coro de voces frenteamplistas al arribar a Montevideo que quedó en solitario aumentando más aun el desconcierto de unos pocos.
 
El viaje a costo muy reducido fue sin duda alguna el caramelo a saborear, porque de no ser así se puede afirmar con certeza que desde la Argentina solamente viajaría una minoría a cumplir con el deber del sufragio. Todavía duele en los migrantes la derrota del plebiscito pasado que debía habilitar su derecho a sufragar en el territorio que habitan, como se realiza en la gran mayoría de los países del mundo.
 
El traslado de todos los candidatos, elección tras elección, a la vecina orilla para pedir que la comunidad respalde con el viaje y los votos cada candidatura volvía aun más inexplicable el rechazo de la mayoría de los uruguayos ante tal derecho.
 
La negativa a apoyar este reclamo largamente pedido fue una bofetada a los cotidianos sacrificios que hace y se le reclama a la diáspora uruguaya en relación a su tierra.
 
El importantísimo papel cumplido en la reorganización frenteamplista durante la dictadura y la represión sufrida por la comunidad oriental, Plan Cóndor mediante, hicieron mucho más doloroso ese rechazo.
 
Un mundo que tiene a la emigración como uno de sus pecados estructurales tiene que aggiornarse en cuanto a los derechos y obligaciones de los mismos, sin embargo Uruguay, como uno más de sus rasgos conservadores no atinó a laudar favorablemente ese tema.
 
La llegada al puerto de Montevideo fue claramente diferente a todas las anteriores.
 
Un recibimiento frío como el día, carente de las multitudes de elecciones pasadas, no ausente de cariño pero sin entusiasmo manifiesto, salvo por la calidez de la reunificación familiar que permiten estos hechos electorales indicaba que algo estaba pasando.
 
Cualquier ojo con dejo crítico se daría cuenta que ese domingo de elecciones iba a traer consigo algunas sorpresas de las cuales solo se podía ignorar su entidad, su magnitud.
https://www.alainet.org/fr/node/141554
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