La desintegración Andina

27/04/2006
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"Para que nada nos separe,
que no nos una nada"

Pablo Neruda Hoy por hoy, uno de los temas más controvertidos en el país es el que hace relación al Tratado de Libre Comercio (TLC) que está a punto de suscribir Colombia con los Estados Unidos y no es para menos, dada la enormidad de aspectos que están en juego, el alcance del mismo y sus repercusiones de todo tipo. En el debate que ha suscitado el cierre de la negociación del mismo ha habido más calor que luz y la opinión pública oscila entre el airado rechazo y la apología de sus bondades, no hay término medio en ello. A esto ha contribuido el clima de opinión que prevalece en el país, atizado por la coyuntura electoral por la que atraviesan tanto los EEUUU como Colombia. Con el ánimo de ofrecer los mayores y mejores elementos de juicio, para que cada quien se forme su propio criterio sobre este espinoso asunto, hacemos estas disquisiciones a propósito de los últimos acontecimientos que amenazan con malograr los logros alcanzados a través de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). He aquí mis puntos de vista y mis apreciaciones, plasmadas en un análisis riguroso que parte desde la gestación misma del proceso que desembocó en el TLC. No escapa a mi consideración de que existen otros puntos de vista y otras apreciaciones distintas a las mías; pero, como lo acotó Miguel De Unamuno "las ideas deben compensarse, contrastarse, equilibrarse e incluso destruirse recíprocamente", sin que la sangre tenga que llegar al río. Al fin y al cabo, como lo afirma Joan Manuel Serrat , "lo que más enriquece el pensamiento de uno es la pluralidad de pensamiento de los demás". El TLC en blanco y negro Este libro, que lo intitulé deliberadamente El TLC en blanco y negro, por que en él trato de mostrar sus distintas aristas, de sopesar las oportunidades de las que tanto se habla, pero también las amenazas que se ciernen para el país sin que nos apercibamos de ellas, sale a la luz en medio del más encendido debate a que ha dado lugar el marginamiento por parte de la República Bolivariana de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), cuya membresía data desde el año 1973. Al anunciar su retiro, el Presidente Hugo Chaves sostuvo que "La CAN está herida de muerte y hoy puedo decir que está muerta" y añadió "EEUU ha firmado un Tratado de Libre Comercio con Colombia, lo cual mató a la Comunidad Andina". De hecho, ya formalizó la denuncia del acuerdo, al notificárselo a la Secretaría del organismo con sede en Lima el sábado anterior. Si bien es cierto que, como alega el gobierno, "e n el 2004 se expidió una Decisión, con el voto unánime de los países miembros, para autorizar negociaciones comerciales, comunitarias o no, con cualquier país del mundo", en este caso por parte de Colombia, Ecuador y Perú con los EEUU, en ella también se establecieron ciertas estipulaciones y parámetros que resulta discutible hasta dónde fueron atendidas. Se dijo que en tales negociaciones se debían "tomar en cuenta las sensibilidades comerciales de los otros socios andinos...resguardar los valores, principios y ventajas de la integración andina" y todo indica que ello no se dio. Pues bien, como lo afirma Javier Fernández Riva, director de Prospectiva, "Colombia, el gran vendedor del Grupo Andino, no sólo no incorporó como prioridad en las negociaciones del TLC la defensa de sus intereses comerciales con Venezuela sino que, en lugar de tratar a su mejor cliente con la atención y la cortesía que merecía, lo trató con una displicencia que enfurecía hasta al cliente más fastidioso...en la negociación del TLC Colombia no buscó preservar, o al menos evitar una erosión demasiado rápida de los márgenes de preferencia otorgados a sus socios...Chávez tendría que estar loco para aceptar un esquema tan desequilibrado" Razón potísima para la reacción de la República Bolivariana de Venezuela y de Bolivia, que ni siquiera fueron advertidos y mucho menos consultados sobre los pasos dados por parte de Colombia, Ecuador y Perú, estos dos últimos cooptados a la negociación por voluntad expresa de los EEUU. Ya lo habían advertido los gurúes de la economía Stiglitz y Sachs , al afirmar que "los TLC con EEUU atentan contra acuerdos de otros países" y este es el caso. Dicho y hecho! La feria de las vanidades Bolivia, por su parte, ha tildado a Colombia de "falta de lealtad", entre otras razones por que, a consecuencia de la negociación del TLC entre EEUU y Colombia, al entrar este en vigencia las importaciones de soya desde los EEUU desplazará la soya que actualmente se importa desde Bolivia. La reacción de Bolivia es comprensible, pues Colombia actualmente absorbe el 21% de la oferta boliviana de soya, representándole a Bolivia el ingreso de divisas por este concepto del orden de los US $200 millones, aproximadamente. Este es uno de los renglones más sensibles de su sector agrícola y se verá muy resentido a consecuencia del TLC negociado por Colombia. El Presidente Uribe, en su afán de atemperar los ánimos, dijo durante su fugaz visita a Lula en Brasil, que "Colombia está dispuesta a pactar, de manera bilateral con la hermana Bolivia, la compensación que se requiera", tal y como lo establece la formativa andina en casos como este. Llama poderosamente la atención el hecho de que mientras el gobierno se muestra cicatero con los sectores afectados en Colombia por el TLC y anuncias recortes de los recursos para compensarlos de $500.000 millones que les había prometido a los gremios, por limitaciones fiscales, a sólo $360.000 millones, su generosidad para con Bolivia no conoce límites. Qué paradoja! Es una lástima que estos desencuentros entre los socios de la CAN estén dando al traste con uno de los esfuerzos integracionistas más exitosos del hemisferio; esta fue una obra de verdaderos orfebres, que hizo posible que se tejiera pacientemente esta relación inextricable entre los cinco países andinos que perseveraron en tal propósito después del retiro de Chile por parte de la dictadura de Pinochet en 1974. No hay que olvidar que Colombia, en cabeza del Presidente Carlos Lleras Restrepo, fue el gran gestor de este proceso, que se inició con la Carta de Bogotá en 1966, se concretó con el Acuerdo de Cartagena en 1969 y se consolidó bajo su liderazgo, el cual perduró indemne por más de 30 años. Como tuve oportunidad de advertirlo desde mi escaño en el Congreso con la debida oportunidad, en el año 2000, Colombia optó por darles la espalda a nuestros socios y vecinos, por el prurito de privilegiar nuestra relación comercial bilateral con los EEUU y ello nos va a costar muy caro. No obstante que Colombia defendió durante muchos años como un principio fundamental que cualquier acuerdo con terceros debería negociarse en bloque, que incluso le recriminó al ex presidente Caldera por sus tímidos intentos de aproximarse en solitario a MERCOSUR, terminó por ser el primero en romper filas para avanzar unilateralmente en procura de acuerdos comerciales con la potencia del Norte. La desbandada de la CAN Luego vendría la desbandada, que no da trazas de amainar sino que se recrudece. Hay otros factores que han contribuido a generar desconfianza hacia Colombia entre nuestros socios y vecinos; para sólo mencionar algunos está la retirada de Colombia del acuerdo que ella misma propició en torno a los aranceles consolidados en momentos en los que se negociaba el ALCA, luego el retiro de Colombia del Grupo de los 24 luego de la fracasada Cumbre de Cancún, cediendo a las presiones de Norteamérica y, para rematar pactó en el TLC unas prescripciones que trasgredían flagrantemente la Decisión 486 de la CAN, al tomar como base el Decreto 2085 de 2002 que, al ampliar la protección a los medicamentos de marca y frenar el ingreso de los genéricos, la violaba y, no contenta con ello, desacató el fallo del Tribunal Andino de Justicia que demandaba perentoriamente su derogatoria. Lejos de ello, Colombia, junto con Ecuador y Perú terminaron colinchándose , tomaron por sí y ante sí la decisión de dejar sin efecto por mayoría simple en la Comisión de la CAN dicha decisión, para amoldarse a lo pactado en el TLC, así se abrió paso a la Decisión aclaratoria del artículo 266 de la susodicha Decisión, sobre protección a los datos de prueba. A juicio del Vicecanciller de la República Bolivariana de Venezuela, Pavel Rondón, refiriéndose a los TLC, "demuestra que estos acuerdos están amenazando la unidad". El ministro de Comercio, Industria y Turismo, Jorge Humberto Botero, propuso a través de carta enviada a los representantes plenipotenciarios ante la Comisión Andina y al Secretario General de la CAN, un "relanzamiento" de la Comunidad Andina. Hasta ahora, este llamado no ha encontrado eco y seguramente tomará tiempo restañar las heridas que se le han infligido a una CAN debilitada y zarandeada por los múltiples intereses en pugna. El mayor obstáculo con el que habrá de tropezar Colombia para lograr tal cometido, es la pérdida de credibilidad y de respeto hacia ella por parte de sus antiguos socios. El comercio intraregional en crísis Aunque en apariencia el retiro de Venezuela de la CAN, como lo afirmó el Ministro Botero, "no afectará el comercio binacional", pues aunque tiene efecto inmediato, a la luz del Acuerdo de Cartagena el acceso recíproco sin aranceles ni restricciones debe mantenerse incólume por cinco años más contados a partir de la denuncia, por que así lo prevé la normativa andina en el Programa de Liberación de la Subregión contemplado en el mismo. Pese a ello, es de esperarse que hacia el futuro se presentaran mayores obstáculos y tropiezos de los que hasta ahora se han presentado para la libre movilidad de los bienes, los servicios, los capitales y hasta de las personas. Aspectos tales como los servicios, particularmente de transporte, así como lo relativo a la propiedad intelectual, no están cobijados por tal previsión. Ya lo advirtió el Presidente Chávez: "Tenemos que tomar una serie de medidas para protegernos de la invasión de productos a través de Colombia y otros países que, como Perú, han firmado los TLC" . Y, lo más grave es que, en la medida en que La República Bolivariana de Venezuela deja de hacer parte de la CAN, la solución de las querellas y conflictos o controversias escaparán a la competencia de la Comisión de la CAN e incluso del Tribunal Andino de Justicia (TAJ). Esto es supremamente grave y sus imprevisibles consecuencias no se dejarán esperar, tanto más cuanto que el sólo hecho de que sólo por cinco años se podrá contar con el libre acceso de mercancías al hermano país, genera un factor de incertidumbre que puede llegar a frenar los planes que tengan en mano los inversionistas, tal y como sucede con la temporalidad de los beneficios del APTDEA. Y lo que está en juego no es asunto de poca monta, pues el comercio intraregional en el 2005 representó US $8.922 millones, de los cuales 30% fueron compras de la República Bolivariana de Venezuela; además, este mercado muestra una gran dinámica, en los últimos cinco años dicho comercio ha crecido el 70%. La República Bolivariana de Venezuela es el segundo socio comercial de Colombia después de los EEUU y el primero en la región; US $2.400 millones de nuestras exportaciones tienen a la República Bolivariana de Venezuela como destino, el doble de nuestras importaciones . El comercio bilateral entre los dos países genera más de un millón de empleos formales y de él dependen más de 2.500 pymes . Por eso no podemos compartir el aserto del Presidente Chávez, en el sentido de que la CAN "sólo sirve a las elites y a las transnacionales". Además, el comercio intraregional de la CAN tiene una particularidad para Colombia y es que más del 85% de sus exportaciones está representada por manufacturas a contrario sensu de nuestras exportaciones a los EEUU en donde estas representan sólo el 30%. Más del 50% de los productos no tradicionales comenzaron exportándose a los demás países de la región; ello nos da la medida de cuánto ha beneficiado al desarrollo del país la integración regional. Además, Colombia se posicionó como el mayor exportador intracomunitario, con ventas que superan los US $3.200 millones, destacándose el comercio bilateral entre Colombia y la República Bolivariana de Venezuela como el mayor, tanto en volumen como en valor. Dejando lo cierto por lo dudoso Resulta irónico que una de las razones fundamentales que se esgrimen para justificar la firma de este Tratado, es que de no hacerlo Colombia se aislaría y resulta que precisamente Colombia se está aislando con respecto a los demás países de la región por cuenta del alboroto del TLC. Colombia, al enfocarse enteramente a la búsqueda de un Tratado bilateral con los EEUU, está dejando lo cierto por lo dudoso y no lo decimos a humo de paja, sino que la realidad nos está indicando que nuestro Norte es el Sur, pues esta región si supera sus desencuentros nos ofrece un enorme potencial de desarrollo, siempre y cuando sepamos aprovechar las ventajas compartidas que nos brindan las economías de escala y de aglomeración, así como la complementación y complementariedad de nuestras economías. No tenemos certeza de que los EEUU, finalmente, ratifiquen este TLC, ya que el eventual espaldarazo del Congreso norteamericano está atravesado por los resultados que arrojen las elecciones parlamentarias en los EEUU próximamente; pero el hecho cierto es que con el retiro de Venezuela y los amagos de hacer lo propio por parte de Bolivia, la CAN entra en barrena con todas sus consecuencias. Resulta cada vez más improbable que Ecuador suscriba el TLC y Perú que lo suscribió tan solícitamente está abocado a su no ratificación, ya que ninguno de los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta en la elección presidencial está dispuesto a avalarlo tal y como fue negociado. Así las cosas, al cabo de las quinientas, será Colombia quien resulte aislada, íngrima, en el peor de los mundos: sin TLC y sin CAN. No será hora de hacer un alto en el camino y tratar de recomponer nuestras relaciones con nuestros socios y vecinos, antes de que la desintegración andina se torne irreversible? Como dijo Henry Ford , " no busquemos culpables sino soluciones ". Nos seguiremos resistiendo a comulgar con ruedas de molino. Frente a las tribulaciones de la CAN no podemos menos que explorar salidas a esta encrucijada y a este propósito vale la pena parodiar a Andrés Bello, en el sentido de que a América Latina no le queda sino un solo camino, su propio camino! Bogotá, abril 28 de 2006 - Amylkar D. Acosta M es Presidente Sociedad Colombiana de Economistas Notas: Cumbre de Asunción. Abril, 19 de 2006 Idem Decisión 598 Boletín de Prensa 064. Ministerio de Industria, Comercio y Turismo Dinero. Abril, 28 de 2006 El Tiempo. Abril, 17 de 2006 Declaración de Brasil. Abril, 25 de 2006 Amylkar D. Acosta M. Entre la espada y la pared. Marzo, 14 de 2006 Anuncio de la viceministro de Hacienda, Gloria Inés Cortés, en un debate en el Senado de la República. Abril, 26 de 2006 La Jornada. Programa Aló Presidente. Abril, 24 de 2006

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