Arrancó la segunda fase del proceso de negociaciones

19/10/2012
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Este jueves 18 de octubre se instaló formalmente en Oslo, Noruega, la mesa de negociaciones entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, y el Gobierno colombiano. Las delegaciones de los negociadores estuvieron encabezadas por los voceros por parte del Gobierno el exministro y ex vicepresidente de la República Humberto de la Calle Lombana, y por parte de la guerrilla de las FARC Luciano Marín, alias Iván Márquez. En esta fase de calentamiento ya se vieron las grandes diferencias y hasta las molestias no disimuladas por parte del jefe de la delegación gubernamental que se mostró molesto por el discurso pronunciado por Iván Márquez en el que se refirió de manera muy dura a la realidad social, a la desigualdad, al problema de la tierra, la minería y en general al modelo de desarrollo económico. Para Humberto de la Calle el discurso de Márquez no se ciñó a los cinco puntos de la Agenda previamente acordados en Cuba.
 
El discurso de la Calle en sus aspectos centrales señaló que en Colombia la política no puede hacerse con las armas y señaló que la dejación de las armas no será el fin del conflicto porque el verdadero reto estará en la tercera fase del proceso, esto es, en la aplicación y puesta en marcha de lo que se acuerde en esta segunda fase. Señaló así mismo que el entorno internacional es favorable al acuerdo y a la negociación de la guerra puesto que en América Latina una buena parte de sus países están actualmente gobernados por organizaciones políticas de izquierda que han llegado al Gobierno mediante el uso de canales democráticos, de las urnas. Señaló que en la mesa de negociaciones se deben buscar acuerdos porque la pretensión no es convencer sino negociar, encontrar salidas y alternativas a las propuestas de las FARC para la dejación de las armas. Fue un discurso concreto en que reiteró el total compromiso del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos con el proceso instalado hoy señalando que hay que hacer transformaciones institucionales y que el carácter progresista del Gobierno de Santos permitirá que las negociaciones lleguen a buen puerto. Reitero que el proceso debe mantener un alto grado de confidencialidad y señaló que las FARC han cumplido con los acuerdos pactados en la primera fase.
 
El extenso discurso de Iván Márquez se centró en el temas del modelo de desarrollo, al que calificó de servir antes que al pueblo a los intereses del capital financiero internacional, destacó que el origen de las FARC tuvo su motivación en el problema agrario y consecuente con este tema reiteró el problema de la concentración de la propiedad de la tierra en el país, abogó por una reforma agraria, cuestionó el modelo de explotación de los recursos naturales y de la minería y señaló que el Estado colombiano funge como el principal aliado de las multinacionales. Cuestionó la política de restitución de tierras al señalar que se trata principalmente de la titulación de baldíos y no de la restitución de los ocho millones de hectáreas despojadas a las familias desplazadas. Esa titulación no garantiza, insistió, la propiedad a las familias campesinas sino que trata de favorecer a las grandes compañías que quieren esas tierras para cultivos que tiene como fin el impulso de la producción de biocombustibles. Señaló que fue el Estado el impulsor de los grupos paramilitares y mencionó a algunos altos funcionarios del Estado como impulsores de dichos grupos, en concreto señaló que Francisco Santos fue el impulsor del bloque capital de los paramilitares. Como se recordará Santos fue el vicepresidente durante los ocho años del Gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
 
En la instalación ya se avizoran las grandes diferencias tanto en las concepciones como en las políticas que se confrontarán en la mesa. Algunas de ellas están en el centro del modelo de desarrollo económico que se ha puesto en marcha en los últimos 30 años en el país. Y dentro de estos temas las principales diferencias que se ponen sobre la mesa tienen que ver con la minería, la concentración de la propiedad agropecuaria y el tratamiento de las víctimas. Las FARC contra toda evidencia siguen sosteniendo que no han atacado al pueblo si acaso reconocen daños colaterales ligados al desarrollo de la confrontación armada.
 
Como hemos advertido las negociaciones no serán fáciles por el tipo de temas y problemas que se afrontan en la mesa. Nos parece que la molestia de Humberto de la Calle no tiene sentido pues se esperaba un discurso político fuerte por parte de la guerrilla que fue lo que efectivamente ocurrió en esta primera ronda de calentamiento de la mesa. Hay que destacar la voluntad de ambas partes de no levantarse de la mesa hasta lograr un acuerdo. Pero, el acuerdo no está a la vuelta de la esquina. El Gobierno tiene que entender que –como lo hemos señalado en reiteradas ocasiones- una negociación exitosa debe contener en los acuerdos concesiones a la contraparte. Esas concesiones tienen que ver con reforma agraria, con estatus político a los insurgentes y un camino que les permita transitar de las armas a la política electoral y a la oposición y el escollo principal, será sin duda el tema de la justicia frente a los crímenes de lesa humanidad y a los crímenes de guerra. La justicia transicional deberá afrontar este tema. Igual de duro será el tema del narcotráfico y de los cultivos de uso ilícito.
 
Lo importante es que las negociaciones han comenzado formalmente y continuarán ya con el primer punto de la agenda que es el desarrollo rural el próximo 15 de noviembre en La Habana.
 
- Pedro Santana Rodríguez es Presidente Corporación Viva la Ciudadanía.
 
Edición N° 00325 – Semana del 19 al 25 de Octubre de 2012
 
Este artículo es una publicación de la Corporación Viva la Ciudadanía
 
 
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